Históricamente las mujeres no hemos participado en la economía en la misma proporción en que lo han hecho los hombres. En los últimos años, muchos se han preguntado qué sería de la economía actual o de la historia de los grandes corporativos que conocemos hoy en día, si en ellos hubiera habido mayor participación de mujeres en la toma de decisiones.

Afortunadamente para nosotras, en las últimas décadas y gracias a la lucha activa por la equidad, ha habido grandes esfuerzos por cerrar la brecha de género y hacer un terreno más parejo. Uno de las organizaciones más importantes en pro de la paridad de género es el Foro Económico Mundial, quien cada año publica el informe global de brecha de género.

Este estudio reveló que tener mujeres en equipos de trabajo y en puestos de toma de decisiones está directamente relacionado con una mayor productividad y éxito. Asimismo, se ha demostrado que las compañías en la que los miembros de las mesas directivas son hombres y mujeres, tienen un desempeño significativamente mejor que en las que solo hay hombres.

Esto se debe a diferentes factores; está probado que las mujeres brindan una perspectiva única en los negocios, pues ponen más atención en los detalles y tienen mayor sentido de la responsabilidad. Por otro lado, se dice que cuentan con mejores competencias comunicativas, lo que crea mayor confianza en los equipos de trabajo y por lo tanto mejores resultados.

Pero la razón más importante de esta efectividad en los negocios, es el valor que aporta la diversidad en un equipo de trabajo. La colaboración entre individuos que son diferentes, ya sea por género, origen o experiencia, promueve la innovación y la creatividad pues siempre surgirán diferentes puntos de vista y perspectivas, lo que es clave para aminorar el riesgo de error en la toma de decisiones.

El mundo ya se está dando cuenta de que la mejor movida es contratar a más mujeres en todo tipo de puestos para llegar a tener un mayor número de mujeres en alta dirección. En México solo un tercio de las empresas tiene a mujeres en este tipo de cargos. La diversidad debe ser una prioridad en todo tipo de escenarios y hay que recordar que entre hombres y mujeres no hay competencia, solo hay complementación.

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