Las mujeres hemos ganado espacios que eran mayormente ocupados por hombres como lo es el sector financiero. Lo que hoy vemos como algo natural es gracias a mujeres que rompieron el techo de cristal y se convirtieron en las primeras en llegar ahí, como por ejemplo Muriel Siebert quien es considerada la primera mujer en las finanzas, pues fue la primera en lograr obtener un asiento en la bolsa de valores de Nueva York en 1967 después de 175 años en donde solo había hombres corredores de bolsa.

Si bien hoy el sector bursátil todavía es considerado un espacio liderado por el género masculino, imagínate cómo era antes. Estamos hablando de los años 50 cuando la única manera en la que una mujer entraba a este que es el mercado de valores más importante en el mundo, era siendo secretaria o visitante. Muriel tuvo la oportunidad de visitarla cuando era niña y desde entonces supo que quería ser operadora de acciones.

Definitivamente no fue un camino fácil, el primer obstáculo que Muriel tuvo que vencer fue la falta de oportunidades de educación pues debido a que su padre enfermó de cáncer, ella tuvo que abandonar la universidad sin un título. Se mudó a Nueva York y mintió sobre sus estudios para conseguir su primer empleo como investigadora en una firma en Wall Street. Cambió varias veces de trabajo y cansada de obtener bajos sueldos le preguntó a un amigo cómo podía alcanzar un nivel de salario equitativo al de los hombres. Su amigo, quien era un famoso inversionista, le aconsejó comprar un asiento en la Bolsa de Valores. A pesar de que ella pensó que esto sería imposible después de muchos años logró recaudar el dinero y conseguir la aprobación de un sponsor de la bolsa.

En diciembre de 1967 Muriel Siebert consiguió ser la única mujer en este imponente lugar donde compartió espacio con otros 1,365 hombres brokers. Era evidente la discriminación que vivía Muriel con sus compañeros, que tuvieron que pasar 10 años más para que se unieran otras mujeres e iniciara así una época con un verdadero intento de representación e inclusión.

Muriel volvió a hacer historia en 1969 cuando fundó la primera casa de bolsa encabezada por una mujer. Ella se caracterizó por siempre ayudar a su comunidad y ser un referente para mujeres y hombres en las finanzas, por esta razón recibió un doctorado honorario de Warner College, fue incluida en el Salón Nacional de la Mujer en Nueva York y llamaron una habitación con su nombre.

Muriel fue un ejemplo de pasión y dedicación. Acompañada en sus últimos años por su perrita chihuahua llamada Monster Girl, Muriel Siebert murió en el 2013 a los 83 años dejándonos un gran legado y reafirmando que podemos construir un mundo más equitativo siempre y cuando haya valientes que den los primeros pasos.