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Hablar de un presupuesto de bodas es como hablar de la bolsa de valores: realmente no sabes cuando baja o cuando sube, especialmente si no dominas la materia.
Si bien es muy válido comenzar la planeación de tu boda con un presupuesto en mente, no lo es así creer que todo permanecerá dentro del margen que hayas asignado, cuando los proyectos de cada proveedor no son coherentes entre sí.
Ej. El de las luces no tiene idea de los arreglos florales que va a iluminar y el de carpas no conoce qué colgarán, porque te diste a la tarea de cotizarlos por separado y no en función de su participación.
La planeación de una boda requiere de un orden lógico. Escoger los postres de la mesa de dulces antes de rentar una carpa va en contra de esto, porque tus opciones y decisiones deben ser filtradas y tratadas por orden de prioridad y no por cómo se te antojen. Lo mismo aplica para el uso de recursos financieros.
Ya sea que desees una boda sencilla o una muy producida, la gestión de tu dinero debe ser igual en cualquiera de los casos. De seguir un orden lógico, la selección de tus primeros proveedores incluirá en su espectro rubros básicos y cruciales como lo son la locación, el templo de la misa (en caso de que haya ceremonia religiosa) y el banquete (indudablemente no vas a recortar la comida de tu boda). De ninguna forma es recomendable cotizar un proyecto floral cuando ni siquiera sabes en qué tipo de mesas sentarás a tus invitados.
Partiendo pues de la elección del lugar, es importante que te preguntes de primera instancia: ¿Paquete o no paquete?
Son muchos los lugares hoy en día que pueden manejarte un paquete todo incluido -casi todo diría yo; es muy difícil meter la oferta entera de la industria de las bodas en un paquete cotizado por número de personas- en el que conozcas de entrada cuánto estarás invirtiendo por número de invitados y qué son aquellas cosas que puedes comprar o tener bajo dicho paquete.
Estos aspectos son ventajosos para un gran número de personas que encuentran más conveniente trabajar sobre un número fijo de precio por personas que no fluctúe a diferencia de la subjetividad que el gusto y el lujo pueden representar para tu presupuesto. Sin embargo, la desventaja número uno de trabajar sobre un paquete es la escasa o limitada oferta de opciones y propuestas que te presentan a la mesa.
Ej: El paquete A te incluye un centro de mesa bajo. El paquete B te incluye en cierta proporción arreglos altos y bajos, mientras que el C te da derecho a un colgante floral en pista.
Si bien acabo de listar tres opciones que para muchas personas pueden parecer suficiente, no lo es así. Porque de escoger el paquete C, no necesariamente implica que sea el colgante que tú hayas visto en plataformas como Pinterest. Puede que incluso sea el mismo colgante floral que usen para todas las bodas de paquete C.
Caso contrario sería trabajar una boda de principio a fin bajo el orden lógico que he citado anteriormente. Seleccionas los proveedores grandes, aquellos aspectos que has de tener porque son básicos y bajo ninguna circunstancia podrás descartar.
Ej. Una boda sin música o comida es impensable.
Acto seguido, consideras la participación de proveedores que ayuden a vestir tu boda de la manera como te lo has imaginado, pero siempre en relación integral y directa uno con otro.
Ej. Las mesas rectangulares de madera que uses llevarán determinado número de arreglos florales, mismos que serán iluminados por cierto número de reflectores. A su vez, las sillas de estas mesas llevarán tanto número de fundas y otro estilo de silla en sus cabeceras.
No se necesita pensar demasiado para saber cuantificar estos datos y tener una noción más exacta, coherente y tangible de lo que estarías invirtiendo tan sólo en las mesas de madera y lo que conllevan. De ahí pues, extraemos el mismo criterio para la boda entera: una cosa va ligada a la otra, y la toma de decisiones que hagas en un departamento afectará por ende al departamento contiguo.
La bondad de planificar las finanzas de tu boda con base en la participación de los proveedores y la importancia de tus prioridades es enorme. Selecciona lo más importante y de ahí haz tu camino de selecciones secundarias partiendo de lo general a lo particular. No sólo no estarás dejando nada importante fuera de tu consideración, sino que podrás analizar con mayor claridad las cosas -gustos, caprichos o lujos- que pudieras añadir a la producción de tu boda sin comprometer tu salud financiera.
Pablo Galván ReynosoWedding Planner |