17 SEP.
El precio profesional de las mujeres que empiezan una familia

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Los roles de género han regido a nuestra sociedad por muchos años, estos se refieren a las normas sociales y comportamientos generalmente percibidos como apropiados para los hombres y las mujeres, por ejemplo el hecho de que las mujeres sean consideradas como las cuidadoras del hogar, mientras que los hombres sean los responsables de llevar el dinero a casa.

Es bien sabido que estos roles desde hace muchos años han ido desapereciendo en la práctica, pero los sesgos que se generan de pensar que hombres y mujeres jugamos un rol establecido en la sociedad, hacen mucho daño. Ahora es mucho más común que las mujeres prefieran desarrollarse profesionalmente que tener una familia, o quienes desean una familia y a la par, trabajar y cumplir sus aspiraciones profesionales. Sin embargo, aquellas que así lo deciden tienen que encontrar un “equilibrio” y si no lo logran se ven forzadas a dejar sus aspiraciones de lado para cumplir con su papel de cuidadoras de la familia.

Existe una gran barrera para el desarrollo profesional de las mujeres y es que más allá de la brecha salarial que se presenta en la mayoría de las industrias, las mujeres se enfrentan a otras situaciones que muy probablemente ningún hombre vive. Tan solo desde las entrevistas de trabajo, donde en muchos lugares se les pregunta si están casadas, si tienen hijos o si esto está dentro de sus planes, factores que para los hombres no se consideran que afectarán su desempeño laboral, pero para las mujeres desafortunadamente sí. Tan grande es este sesgo que en México, tan solo el 16% de los cargos directivos están ocupados por mujeres.

Existen estudios que confirman que casarse y formar una familia para mujeres y hombres implica un cambio, sin embargo, el impacto es diferente para cada uno. Para los hombres, casarse y tener hijos significa tener más tiempo para el ocio, ganar más dinero y mejor desarrollo en el ámbito profesional. Mientras que para las mujeres, esto mismo implica más tiempo para el trabajo no remunerado, es decir trabajo doméstico, cuidado y educación de los hijos. Por lo tanto, tienen menos tiempo libre y menos oportunidades para desarrollarse, siendo más probable que ganen menos dinero.

Según datos del Fondo Monetario Internacional, las mujeres ganan 63% menos que los hombres, pero dedican el triple de horas estos trabajos no remunerados. Debido a la distribución poco equitativa de las tareas del hogar las mujeres se ven obligadas a buscar y aceptar trabajos donde les pagan poco u oportunidades de medio tiempo que les permitan asumir su otro rol. Habrá otras que deciden quedarse en trabajos de mayor calidad, asumiendo la culpa y costo extra de guarderías o niñeras.

Para seguir cerrando las brechas que existen en la sociedad es necesario darle visibilidad al tema y encontrar soluciones que ayuden a eliminar esta ideología que limita el desarrollo profesional de las mujeres. Existen diferentes iniciativas que tienen este objetivo, por ejemplo Bolsa Rosa, la primera y única bolsa de trabajo en México y América Latina enfocada en tendencias laborales y flexibilidad laboral que además de vincular a mujeres profesionistas en empleos con esquemas de trabajo flexibles, capacitan y certifican a empresas para implementar estos esquemas. Lee más de esto aquí: https://lidh.com.mx/web/blog/anilu-cepeda-redefiniendo-las-reglas-del-trabajo

Lidh

Experta en finanzas